“Mucho caldo y poca morralla”, así definen desde el Partido Popular de Santa Pola los cien primeros días de “un Gobierno local descabezado, sin rumbo, presidido por una alcaldesa socialista que ha conseguido los peores resultados en la historia de su partido y que ha tenido que pactar con tres grupos más, y dos tránsfugas, para poder conseguir el sillón”.
Destacan de esta primera centena “una obsesión continuada por destruir y paralizar todos los proyectos iniciados por el PP”. Como muestra, apuntan al sospechoso cierre y críticas del mirador del Faro (“cuando ha sido todo un éxito en visitantes”), el continuo retraso en la apertura de la Estación de Autobuses, “la no inauguración del Campo de césped artificial de Salinetes; la ausencia de información sobre qué decisiones se están tomando con la piscina cubierta o qué se está haciendo con respecto a Sanyres”.
Insisten especialmente en que la “falta de rumbo” obedece a que el patrón “de este barco a la deriva, Yolanda Seva, ha delegado dos de las competencias más importantes de un Ayuntamiento a dos tránsfugas: Hacienda e Infraestructuras”. Desde las filas populares aseveran que “ambos ediles tienen que recurrir a asesores externos al Ayuntamiento ante su falta de preparación y de conocimientos para sacar adelante sus delegaciones”. Prueba de ello, señalan, es que el propio Ignacio Soler, edil de Hacienda, reconoció él mismo en un Pleno esta situación.
El Partido Popular está preocupado ante lo que ellos califican como “auténtico tsunami de reducción de puestos en colaboración social”. Añaden que “en poco más de tres meses la han reducido en más de cuarenta puestos. Cuarenta personas, cuarenta familias que tendrán aún más difícil el superar el día a día, abocándolos a la exclusión social”.
Inciden en que esta reducción “la fundamentan en la falta de dinero para poder mantener todos los puestos”. A este respecto, aclaran que “con el mismo problema se enfrentaba día tras día el anterior equipo de Gobierno. Y no sólo conseguimos los fondos necesarios para mantener la partida, sino que la aumentamos. Obviamente, cuando se tienen buenos gestores al frente, que utilizan las herramientas existentes, y no demagogos de salón, es cuando se consiguen las cosas”.
Ante tanta “demagogia y ausencia de rumbo”, los cien primeros días del Gobierno “del cuatripartido y dos tránsfugas” han estado marcados para el PP por una “política bananera, la cual se ha demostrado en los últimos plenos, preocupándose más por la ovación fácil antes que por la puesta en marcha de algunos de los proyectos de sus programas electorales”.